jueves, 10 de octubre de 2019

Lo escucho llegar y cerrar de un portazo la entrada. Se que vendrá directo a mi, pero primero se sirve en un vaso con un hielo grande un buen whisky, ha comentado que así me disfruta más; sorbo a sorbo. Cuando llega a la habitación ya viene semi desnudo a tirarse a la cama, yo impaciente por continuar lo que dejamos anoche lo espero cerca de ella. 
Me toma con sus fuertes manos y se aferra a mi como un tesoro invaluable. Me da unas palmaditas como asegurándose que sigo aquí. Me abre sin respeto pero con pasión. Dispuesto a devorarme. Pega su nariz en mis pliegues y aspira fuerte, seguido y sin reparo como buscando un aroma conocido o quizá desconocido como el  de manos anteriores que hayan pasado por aquí.  Sus dedos ágiles y desesperados pasean por mi, los humedece con su lengua tibia  y regresan a lo que estaban haciendo, sigue con ansia; avanzando sin parar hasta llegar a donde quería; a ese territorio conocido.  Después de un buen rato de sobredosis de explorar todos los sentidos; risas a carcajadas, asombro, un poco de miedo y hasta un ligero llanto tímido.  Me repite susurrando ciertas palabras que lo asombran y lo excitan. Ya nos vamos conociendo a la perfección. Es muy noche y su mirada se torna cansada. No puede más y lo entiendo. Es hora de descansar, siempre habrá un mañana para continuar en lo que nos quedamos.  
[El orgasmo de un libro bien leído]

martes, 20 de septiembre de 2011


Arbitrariamente tomo sus recuerdos, los ató a la espalda y se marcho. Pasaron los años, que en realidad fueron meses, pero fue notoria su evolución y su desasosiego se calmo. 
Y la busco y la encontro, ahi donde la había dejado rodeada de sus cosas, sus libros, sus letras y su gente.  
Pero ella tampoco era la misma, se había marchado en busca de si misma durante eso meses y la mujer que ahora hallaba tenia una notoria revolución interior. Su piel había mutado, Su sonrisa era madura, las preocupaciones las tomaba livianas, la confianza era latente y la esperanza viva. 
Dos seres que después de tanto tiempo juntos deben aceptar que las historias nunca son escritas con tinta indeleble.
Y los recuerdos duelen.  Y el pasado hace sonreír. Y  la soledad te hará llorar. Y las alas te llevaran a volar... 


miércoles, 30 de marzo de 2011


Mujer, hay cosas que deben hacerse de forma gradual, despacito, quedamente..
A veces creo que todo está bien. La mayoría de ellas me retracto y me escondo. Huyo, grito, lloro, sueño, respiro, me muero, revivo y vuelvo a decir que todo está bien y continuo. Esto puede pasar una vez al mes o tres veces al día. No importa. Es un renacer y morir a cada minuto, sin normas y sin aviso.
A mi me dijeron que amar era sufrir. Si,  asi es mi mamá era de las que oía en las tardes a José José y crecí oyendo sus canciones. Despues leí  miles de novelas de amor y otras biografías de mujeres amadas, sufridas, apasionadas, aventureras, soñadoras y guerreras.  Yo nunca he sufrido por amor, fui dichosa con el amor que me toco, pero sabia quizá que  no estaba bien no sufrir por amor. Asi que por causas inexplicables en mi cabeza y con el lema de "Si no se sufre no se ama". Todo lo demás es conformismo confortable. Y mi rebelión innata lucha y se desata. 




No lo hago a propósito, y es sin la intención de lastimar a nadie. Es sólo que es como si una nueva mujer despertara en mi y con la necesidad de reencontrarme necesito soltar lo que tengo.  

Es preciso saber que sólo se puede volver después de renacer, en consciente libertad , sin ornamentos, sorda frente a las palabras de lo que es "normal", reticente a la ligereza de las decisiones. 




Muy difícil de explicar mas complicado de entender. Pero así soy y así  me muevo. 


Por cierto, sigo sin palabras por ahora.